EUROPA
PRESS
13 marzo
2018
Esta
dieta puede proteger a tu cerebro del envejecimiento
Una dieta baja en grasas en combinación
con un consumo calórico limitado previene la activación de las células inmunes
del cerebro, llamada microglía, en ratones que envejecen,
según muestra una investigación publicada este lunes en 'Frontiers in Molecular
Neuroscience'. El estudio también encontró que el ejercicio es
significativamente menos efectivo que la restricción calórica para prevenir
estos cambios relacionados con la edad.
"La obesidad y el envejecimiento prevalecen y aumentan
en las sociedades de todo el mundo, pero las consecuencias para el sistema
nervioso central no se comprenden bien", dice el autor principal del
trabajo, Bart Eggen, investigador del Centro Médico
Universitario de Groningen, Países Bajos.
"Determinamos si una dieta alta en grasa o baja en grasa, en combinación
con ejercicio y restricción alimenticia, afectaba a la microglía
durante el envejecimiento en ratones", relata.
La microglía son células
cerebrales que ayudan a mantener la integridad y el funcionamiento normal del
tejido cerebral. La disfunción de estas células, como puede ocurrir en la
enfermedad, está relacionada con trastornos del neurodesarrollo y afecciones
neurodegenerativas. El envejecimiento también se vincula con la inflamación
provocada por la microglía en regiones específicas
del cerebro, pero no está claro si la dieta o el estilo de vida pueden influir
en este proceso.
Eggen y sus colaboradores analizaron
el impacto de las dietas altas y bajas en grasas sobre la inflamación y los
marcadores microgliales en una región específica del
cerebro, el hipotálamo, de ratones de seis meses de edad. Evaluaron además el
efecto de las dietas bajas en grasa o altas en la microglía
de ratones de 2 años, que también recibieron un régimen de ejercicio de por
vida o dietas restringidas de por vida (una reducción del 40 por ciento en
calorías).
Prevención de la
activación inflamatoria de las células cerebrales
"La activación inflamatoria de la microglía
inducida por el envejecimiento solo pudo prevenirse cuando se alimentó a los
ratones con una dieta baja en grasas en combinación con una ingesta calórica
limitada --dice Eggen--. Una dieta baja en grasas per se no fue suficiente para prevenir estos cambios".
Los investigadores también encontraron que el ejercicio fue
significativamente menos efectivo que la restricción calórica para prevenir
estos cambios, aunque el trabajo de otros ha demostrado que el ejercicio se
asocia con la reducción del riesgo de otras enfermedades.
Eggen señala que aún se necesita
mucho más trabajo para comprender el significado de estos hallazgos. En su
estudio, a los roedores solo se les dio un tipo de dieta a lo largo de sus
vidas. No está claro cómo el cambio entre las dietas alteraría estos
resultados, por ejemplo, si cambiar a una alimentación baja en grasas podría
deshacer las consecuencias negativas de una dieta alta en grasas y sin
restricciones. También se necesitan más estudios para determinar cómo estos
cambios corresponden al rendimiento cognitivo de los ratones.
"Sin embargo, estos datos muestran que, en ratones, el
contenido de grasa de una dieta es un parámetro importante en términos de los
efectos perjudiciales del envejecimiento en el cerebro, igual que la ingesta
calórica", dice Eggen. "Solo cuando el
contenido de grasa y la ingesta calórica son limitados, pueden evitarse los
cambios inducidos por el envejecimiento en la microglía",
concluye.